Residentes paceños
hacen sus peticiones al Ekeko y la virgen de Urkupiña
Alasitas un nexo
entre lo espiritual y material
Julieta
Pérez al igual que los residentes paceños que habitan en Quillacollo, celebra
la festividad de alasitas, costumbre remitida a los Aymaras de La Paz (1781), realizada cada 24 de enero en honor
al Ekeko figura asociada con la abundancia y el bienestar o la burla a los
colonizadores españoles de esa época, explica padre Alfredo Ramos en su libro
“Urkupiña, una Luz de Esperanza”.
La
multitudinaria manifestación de los deseos y necesidades de la gente, hace que
la expresión andina a partir de representaciones como el sapo, junto con el
Ekeko, las casitas, los autos de juguete, la olla de oro, los calvarios,
caractericen la festividad que cada año se ha ido trasformando con las
migraciones internas. Ahora no solo la comunidad paceña celebra, sino también
los cochabambinos se han visto inmersos en este ritual que compenetra la fe con
la suerte.
Es
el caso de los residentes paceños que radican en la Tierra de la Integración,
quienes no olvidan sus costumbres y tradiciones arraigadas desde sus ancestros.
Por otro lado no solo la fe en la
Virgen de Urcupiña y aquella figura de sonrisa exuberante
cargada de fortuna maneja los profundos anhelos
de los creyentes, sino también, la bendición es otro de los rasgos que
caracteriza el nexo existente entre lo material y lo espiritual.
En
Quillacollo cada 24 de enero los residentes paceños suelen llevar sus
miniaturas para hacerlas bendecir y ungir a los pies de la patrona de la
Integración. Al medio día de esta fecha, suele realizarse esta actividad cada
año, donde la gala del tradicional Ekeko se fusiona con la religiosidad de la
Virgen de María de Urkupiña para bendecir a toso sus feligreses.
ALASITAS DE LA PAZ Y ALASITAS DE
URKUPIÑA
Al
igual que en la ciudad de La Paz se celebra el 24 de Enero la fiesta de las
Alasitas, en Quillacollo se celebra esta fiesta en 24 de Agosto. Pero, la gran
diferencia es que la fiesta de alasitas paceña prioriza y está ligada a la
fortuna por ello es simbólicamente su gran representante el Ekeko, siempre priorizaron
la abundancia y lo económico.
En
cambio, en Quillacollo, la fiesta de Alasitas representa la fiesta de la
producción agropecuaria y la esperanza, porque las personas que asisten a esta
tradición lo primero que compran es verduras y otro tipo de alimentos básicos
para la canasta familiar, depositando en ella la esperanza de que la familia
tendrá el plato del día durante todo el año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario