29 de octubre de 2011

EDITORIAL


Fundación de la ciudad de La Paz
Hilga Goyochea Mérida
Comunicadora Social

Por mandato del Presidencia de la Real Audiencia de Lima, el capitán Alonso de Mendoza, al mando de 42 hombres se dirigió en busca de un lugar intermedio entre las ciudades de Arequipa y Cusco, Perú y la Audiencia de Charcas (Chuquisaca) y las minas de Potosí.

Por un antiguo camino inca, él y sus acompañantes llegaron hasta una pequeña población que los indígenas llamaban Laja, donde ya había una iglesia cristiana edificada por las avanzadas religiosas. Allí, un 20 de octubre de 1548, fundaron la ciudad “Nuestra Señora de La Paz”, en homenaje a la pacificación del Perú después de una cruenta guerra civil entablada entre pizarristas y almagristas y con los enviados por la corona española.

Sin embargo, el lugar no ofrecía las condiciones como para edificar una ciudad, entonces, alentados por noticias de la existencia de un hermoso valle, se dirigieron al lugar y con gran asombro llegaron a un apacible valle que los indígenas llamaban Chuquiago Marca, bañado por un gran río y como telón de fondo se erguía un majestuoso nevado llamado Illimani, y allí, con gran entusiasmo, fundaron por segunda vez la ciudad de La Paz, un 23 de octubre de 1548 sobre una explanada a orillas del río Choqueyapu.

La iglesia del poblado indígena de Laja, donde la expedición española al mando del capitán Alonso de Mendoza llegara un 20 de octubre de 1548, para fundar allí la ciudad “Nuestra Señora de La Paz”, en conmemoración a la batalla de Huarina y la pacificación del Perú, después de una larga y sangrienta guerra civil que sostuvieron los primeros conquistadores, Pizarro y Almagro por la posesión del Cusco, estratégica ciudad Inca. Pedro de la Gasca, militar y religioso español, enviado por la corona para pacificar el Perú, donde Gonzalo Pizarro amenazaba con romper todo lazo con el Imperio.

Actuó con sagacidad y energía poniendo fin con la rebelión de Pizarro. Un capitán extremeño llamado Alonso de Mendoza, que según antiguas crónicas, este militar español que llegó a fundar la ciudad de La Paz; llegó a América con la expedición de Hernán Cortés, posteriormente se trasladó al Perú atraído por las noticias de que existían en estas tierras fabulosas riquezas. En 1538 militó bajo las órdenes de Hernando Pizarro, después pasó a las fuerzas rebeldes de Gonzalo Pizarro que combatió a los enviados de la corona española. Tuvo una valiente actuación en la batalla de Huarina, donde el 20 de octubre de 1547 las tropas insurgentes vencieron a las fuerzas leales al Rey de España.

Fue el clérigo Pedro de la Gasca quien puso fin con los rebeldes, como Alonso de Mendoza, quien había pasado a filas leales al Rey, y por mandato de De la Gasca llegó a tierras del Collao y fundara la ciudad de La Paz, un 20 de octubre de 1548. Posteriormente, el fundador de la ciudad emprende una serie de viajes por tierras bajas en busca del preciado oro, a causa de una terrible enfermedad fallece en mayo de 1551.

La ciudad de La Paz en los primeros años de fundación, en el detalle de un cuadro del Museo Sacro se puede apreciar, una procesión religiosa que sale de la iglesia matriz; al centro de la Plaza Mayor, destaca una hermosa fuente de agua y un comercio indígena muy activo.

Segunda fundación de “Nuestra Señora de La Paz”, se realizó en el valle de Chuquiago Marca, al pie del majestuoso nevado Illimani, tres días después que la expedición del capitán Alonso de Mendoza llegara desde el Perú al pequeño poblado indígena de Laja, donde realizó la primera fundación de la ciudad de La Paz el 20 de octubre de 1548.



“Cleferos” en Quillacollo
Orlando Caballero

De un tiempo a esta parte, en nuestra ciudad de Quillacollo, lamentablemente están proliferando cada vez más, en mayor número los “cleferos”. Como es de conocimiento general.

Los mismos, son un peligro para la tranquilidad de la población; poniendo en riesgo el trajinar cotidiano: de gente mayor, estudiantes, amas de casa, niños que salen de las escuelas, etc. Especialmente por las noches, en la hora de salida de los estudiantes de los centros de educación, especialmente en la plaza Bolívar, lugar donde aglutina a gente de todas las clases sociales; los mismos cleferos, molestando a los estudiantes, con preferencia a las damas, sentados en las bancas de la plaza, por donde circula la mayor cantidad de estudiante y personas en general, poniendo en riesgo su integridad física de los transeúntes, por los denominados cleferos, los mismos que sin ningún reparo, inhalan la “clefa” a vista y paciencia de todos los que los observan al pasar por el lugar.

Del mismo modo se ha visto también a estos antisociales: En la plazuela Lanza, plaza Siles, en el Prado del norte de la Villa Moderna y en todas las principales calles y plazas de nuestra ciudad, sin que los ciudadanos especialmente de a pie, podamos hacer nada, sólo contemplar esta triste situación.

La Policía, que ahora cuenta con mayor número de unidades motorizadas, debería aumentar sus rondas, especialmente nocturnas, garantizando de alguna manera, la circulación peatonal segura de los habitantes de nuestra ciudad. Sabemos que no es tarea fácil, pero creemos que las rondas nocturnas también deben hacerlo de a pie, especialmente en los lugares céntricos, donde no es necesario utilizar motorizados.

Por otra parte hacemos también un llamado, a las autoridades civiles de nuestra municipalidad, encargadas de este tema importante, tomar cartas en este asunto delicado, coordinando con nuestra policía.


¿Será posible la anulación de la elección judicial?

El cómputo de votos nulos en mayor porcentaje a los válidos en la elección judicial provocó diversos puntos de vista en los medios de comunicación social; los partidos de la oposición, por ejemplo, se apresuraron en pedir la anulación de la elección judicial, porque consideran que los candidatos electos no gozan de la legitimidad, como un presupuesto necesario e indispensable para el ejercicio de los cargos judiciales.

Un ministro del Tribunal Supremo de Justicia, también se pronunció por la anulación del proceso electoral, con una serie de argumentos de orden legal y político, mientras que la presidenta del Colegio de Abogados de Bolivia, Silvia Salame pidió al presidente Evo Morales Ayma, que los elegidos con escasa votación no sean posesionados en sus respectivos cargos.

La nota de la entidad colegiada considera que, al no haber obtenido la mitad más uno de los votos válidos ninguno de los candidatos electos, no deben asumir sus funciones en los cuatro órganos judiciales. Otros analistas, también, explicaron que los candidatos electos cuentan con escasa votación y, en algunos casos, menos del 10 % del total de votos emitidos. Desde el punto de la legalidad, no es posible la anulación de la elección judicial del 16 de octubre de 2011, porque el resultado electoral se rige por las reglas establecidas por el Constituyente y el Legislador.

La Ley del Régimen Electoral establece que la elección de magistrados por sufragio universal será por la simple pluralidad de votos, es decir, los candidatos que tengan mayor número de votos válidos serán titulares y los que siguen suplentes. Si bien es cierto que los votos nulos y en blanco sirven para la estadística, no es menos cierto que no tiene consecuencias jurídicas ni efectos legales. En cambio, en la dimensión política todo es posible, inclusive la anulación de cualquier acto electoral.

El Atlas Electoral de Bolivia registra la anulación de las elecciones generales de 1978, por fraude electoral; es decir, cuando el organismo electoral de entonces contabilizó más votos que la cantidad de ciudadanos inscritos. Juan Pereda Asbún, candidato oficialista ganó las elecciones generales al opositor Hernán Siles Zuazo, por un monumental fraude electoral. Desde el año 1979, se llevaron a cabo nueve elecciones generales en el país y en ninguno de ellos, se presentaron mayores dificultades para su validez. Hubo denuncias de fraude electoral, pero los candidatos perdidosos no probaron nunca sus aseveraciones. Sin embargo, el sistema político hizo todos los esfuerzos posibles para mejorar el sistema electoral, a objeto de garantizar los procesos electorales, así como en la composición del organismo electoral nacional.

La elección de magistrados por sufragio universal es la primera experiencia boliviana, con resultados negativos para el gobierno nacional, cuya apuesta de ganar con el 70% de votos quedó en el camino, mientras que la oposición reclama para sí los votos nulos y blancos. Lo cierto que la primera elección judicial deja muchas lecciones para introducir cambios cualitativos en el sistema electoral. Los votos nulos y blancos reflejan el desacuerdo de los electores por el sistema de preselección de candidatos y la elección propiamente dicha.

En conclusión, queda en el tintero la necesidad de introducir modificaciones al sistema electoral judicial; caso contrario, no sólo pierde el gobierno nacional, sino el país entero. Lo(a)s electores han demostrado –una vez más– su madurez cívica y política para dar un mensaje categórico que no admite dudas ni subterfugios de ninguna naturaleza. Los errores políticos traen consigo consecuencias de orden político y jurídico.

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