La Wallunk’a, una ofrenda a la vida, al amor y alegría
Walter González Valdivia
La celebración de la fiesta de Todos Santos en Bolivia tiene sus peculiaridades, ritos y matices, pero tiene mayor arraigo y simbolismo en el mundo andino, donde la muerte se convierte en un acto festivo como prolongación de la vida. Tras dos días de culto a los muertos, 1 y 2 de noviembre, donde según las tradiciones se rinden honores a los difuntos con ofrendas de mesas (mast’akus) repletas de masitas, dulces, frutas, comidas y bebidas que en vida fueron del gusto y preferencia de los seres queridos ausentes.
El movimiento para el recibimiento de las almas en la tierra es inusitado, pero ya no en un ambiente de congoja o dolor, sino de respeto, cariño, alegría y gratos recuerdos. WALLUNK’AS Pasado el mediodía del 2 de noviembre, como por arte de magico encanto, desaparece todo signo de tristeza y congoja para apoderarse de todos la dicha y el gozo, pues comienza el ritual de las wallunk’as como una ofrenda a la vida y al amor que son los signos de alegría, felicidad y diversión.
La wallunk’a o columpio es producto de la imaginación lúdica de nuestros ancestros; una invención inigualable para alcanzar el cielo con nuestros pies y coronar nuestros deseos y anhelos irresueltos. Es un pendular eterno entre la vida y la muerte.
Según los tradicionistas vallunos, la wallunk’a es una práctica y ofrenda de sana sensualidad y desborde de erotismo que tiene como a protagonistas a las hermosas doncellas vallunas: las cholitas que son el centro de todas las atenciones.
Antaño, las wallunk’as se armaban en fuertes y vigorosos molles o eucaliptos, que con el transcurrir del tiempo fueron reemplazados por dos postes, con un soporte superior para amarrar las cuerdas, donde subirán las cholitas que serán jaladas por dos robustos y enérgicos jóvenes que ayudaran a cumplir su objetivo de arrancar el canastillo de flores y otras sorpresas, en medio de cantos y coplas amatorias y picarescas.
ENTREVISTA DE LA SEMANA
La fiesta de Todos Santos: ritos espirituales y prácticas
Antropólogo \\\ Dr. José Antonio Rocha. |
El Dr. José Antonio Rocha Torrico, antropólogo de profesión y docente universitario
de San Simón accedió a una entrevista de EL TUNARI sobre el significado de la fiesta
de Todos Santos, ritos espirituales y sus prácticas. Obtuvo título de doctorado en
Antropología en Alemania. Durante la conversación con Nelson Peredo, periodista de
EL TUNARI confesó que ante todo él es quechua.
EL TUNARI. .Existe una diferencia entre la Fiesta de Todos Santos y el Dia de Difuntos?
José Antonio Rocha. Primero, hay que diferenciar la fiesta de Todos Santos y la de los Difuntos. Por otro lado, para los habitantes del altiplano, valles y oriente es una sola fiesta porque, según la creencia, todos los difuntos son santos. En el calendario romano, el 1 de noviembre llegan las almas y el 2 se van. En el mundo andino, la celebración es parecida: preparación de la mesa y atención a los difuntos a mediodía. Aquí se abre un ciclo, que empieza con la muerte. Por eso se dice el “Almacacharpaya”, que en varios lugares, por ejemplo, una persona se viste de blanco, y se queda paseando mientras la gente le dice que se vaya. Con la despedida empieza el ciclo de la vida, y son los jóvenes, los principales actores. Empieza, entonces, las “Wallunk’as”, los columpios donde las jovencitas son empujadas por los jóvenes, donde se conocen y enamoran.
La vida está en manos de los jóvenes, porque ellos pueden dar vida.
ET. Respecto a la Iglesia Católica…
JR. La Iglesia solo festeja el primer día. No admite algunas cosas, como las “natitas” – calaveras–, en los andes especialmente. La Iglesia llora la llegada de la muerte. En cambio la cultura andina la celebra, porque es parte de un ciclo. Tampoco admite las bebidas alcohólicas, aunque los que más se oponen son las alcaldías, por temas estéticos en los cementerios.
ET. .La tradición es más andina que católica?
JR. En esencia, sí. Se ve en los diferentes ritos. Por ejemplo, la participación de los niños en los rezos. El cronista indígena Huamán Polo, por el siglo XVII, menciona muchas de las características tradiciones actuales, como parte de los pueblos indígenas de esa época. También habla de del mes en que se realiza, el “Alla- Mark/ayKilla”, que es noviembre. Otra cosa que relata, es como los indios sacaban de sus tumbas a sus muertos y los hacían pasear, y dormían en las casas. Esto se prohibio por cuestiones de salud. Los guaraníes, también tienen su fiesta, donde celebran a sus muertos.
ET. .Las t/antawawas y el mast/aku, representan la primacía de lo andino sobre lo catolico?
JR. Son tradiciones precolombinas, se trata de que los difuntos coman “rico”, que se despidan así. Por otro lado, eso hay tres niveles para el armado de la mesa. Esta el “Jan/aq pacha”, “Kay pacha” y “Ukhu pacha”, que son arriba, al medio y abajo, respectivamente, aunque no hay una traducción literal del quechua al castellano. Para el “Jan/aq pacha”, se usan estrellas, la luna, el sol, para el “Kay pacha” que es la tierra, el medio, la comida, y para el “Ukhu pacha”, abajo o en el mundo de abajo, se usan animales, como un batracio, una serpiente, etc.
ET. .Cuales son los principales, los que no pueden faltar en una mesa?
JR. Bueno hay varios, pero la escalera, clavos, martillo, ángeles, llama, víbora, son básicos. También se usan adornos de colores, negro y morado para adultos; rosado o blanco para jóvenes y blanco para niños.
ET. .Las concepciones sobre la vida y la muerte, son diferentes para los católicos y para los andinos?
JR. Los católicos ven la muerte con tristeza, mientras los andinos lo festejan, porque es parte de la existencia misma. Por ejemplo, la wallunka, que sigue los días de todos santos, son símbolos de vida, son celebraciones con coplas, música y baile. Pedimos a las almas, jugando, riendo, con las wallunkas, que el ciclo agrícola sea bueno.
En general se trata de eso, pues es el ciclo agrícola, como espiritualidad, la que da forma las fiestas de noviembre.
ET. ¿Cómo se han mezclado, sincretizado estas creencias?
JR. La vida y la muerte son humanas, están en todas las culturas con diferentes ritos. Hay diferencias socioculturales que caracterizan nuestra relación con la muerte y la vida. En este sentido, solo aquello que no contradice el guion originario se asume. Si no hay contradicción, más bien es parecido o complementario, muchas cosas de otras culturas se van asumiendo en una cultura, como la nuestra.
En la medida en que no exista contradicción entre la matriz indígena originaria y lo foráneo, se asumen elementos externos.
ET. .Este es el caso de Halloween?
JR. Hay similitudes entre Todos Santos y Halloween. Esta última tiene influencia agrícola. Es el paso de un ciclo a otro. El punto es que en el norte, se entra a la época de frio, en cambio, en esta parte del mundo, entramos en época de lluvia. En el norte, por el cambio de ciclo, trataban de “asustar” a los espíritus malignos para que no arruinen el ciclo agrícola. Ahora, el punto es que los promotores de Halloween, solo han traído una parte de lo que es esa fiesta en realidad. Solo muestran la diversión y el terror, como celebraciones más de tipo comercial. Este Halloween que nos traen es pobre en comparación con el original, por eso me opongo.
Ahora, para terminar, insisto en la integralidad, en que todo va ligado. En este sentido, la fiesta de Todos Santos, no es solo una parte de la cultura, que vivimos el mes de noviembre. Tiene trascendencia política, porque vivos y muertos afirmamos lazos de interrelación, porque se encuentran familiares, compadres, amigos en la celebración. Esto nos ayuda a recuperar las bases de una sociedad más solidaria. Nos ayuda a recuperar la identidad cultural y sociopolítica.
Ahora, si entendemos la política como la construcción de sociedades, esta celebración –de Todos Santos– es una propuesta política, de construcción de una sociedad. De un “vivir bien.”
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