29 de enero de 2012
EDITORIAL
Sentencia y el lenguaje político
El expresidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Santos Ramírez fue condenado a 12 años de privación de libertad, por los delitos de asociación delictuosa, uso indebido de influencias, incumplimiento de deberes, conducta antieconómica y cohecho pasivo junto a siete implicados en el caso denominado CATLER – UNISERVICE y absuelto Misael Gemio Jordán. El fallo emitido por el Tribunal de Sentencia de La Paz además, impuso pago por el daño económico ocasionado al Estado y los gastos del proceso penal.
Santos Ramírez, al expresar su enfado por la sentencia, calificó de “política”, anunciando que apelará contra la decisión señalada. “Es una sentencia política, lamentablemente el Tribunal ha actuado bajo presión del Ministerio de Gobierno, ha estado (director del Régimen Interior), Boris Villegas. Es una presión definitivamente, ¿qué hace acá? Es una audiencia de carácter penal donde nadie tiene que ver el Ministerio de Gobierno”, dijo el expresidente de YPFB.
El lenguaje político, por lo general, no observa ciertas reglas de ponderación ni responsabilidad social; al contrario, intenta distraer y confundir a la opinión pública, con una suerte de explicaciones e imposturas de toda naturaleza. Los estudios acerca del lenguaje político nos ilustran con innumerables casos notables expresiones.
Jaime Paz Zamora, expresidente de Bolivia, cuando su partido quedó involucrado en actos de narcotráfico, anunció que se retiraba de la política, aclarando que “habían cometido errores, no delitos”. Al final, Oscar Eid Franco, principal dirigente del MIR cumplió la condena de cuatro años de privación de libertad en el penal de San Pedro.
La senadora opositora Carmen Gonzales en una entrevista en un canal de televisión dijo que el delito de desacato no figura entre los tipos penales en el mundo, calificando que ella es objeto de persecución política. En el lenguaje político de la oposición, el oficialismo ha “judicializado la política”, mientras que el gobierno niega tal hecho, recomendando a su vez que asuman su defensa en la justicia.
La sentencia de un proceso penal es producto de un debido proceso legal, donde las partes han tenido la oportunidad de producir pruebas de cargo y descargo; en su desarrollo se presentan una cadena de presiones internas y externas; no se descarta injerencia política externa, pero al final el tribunal examina los hechos, valora las pruebas y finalmente emite la sentencia condenatoria o absolutoria.
La decisión judicial es una variable de otras que se presentan cuando entran en deliberación. Es una ley particular, aplicable a un caso concreto y con efectos directos e indirectos. Los juicios de responsabilidad contra altos dignatarios de Estado, por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, difieren, por ejemplo, de los procesos ordinarios, cuya naturaleza es distinta al objetivo principal del sistema político. El juicio político conlleva otro tipo de connotaciones de carácter político, donde el derecho no tiene fuerza ni gravitación en la decisión final.
Los operadores de justicia, como en el caso de Santos Ramírez, tienen la obligación de explicar con claridad los fundamentos de la sentencia condenatoria y de ese modo cumplir su misión en la sociedad. Toda resolución debe estar fundada y motivada en derecho; lo contrario, significa arbitraria y discrecional.
En democracia es posible confiar también en la administración de justicia, como en el caso del exdictador Luis García Meza. En Bolivia, hace falta implementar control social para el adecuado funcionamiento de la justicia.
Las organizaciones gremiales de los abogados y centros especializados deberían ocuparse de establecer mecanismos de control para las distintas jurisdicciones reconocidas por la Constitución. En otros países, existen observatorios en el orden constitucional, penal, civil, etc., como mecanismos de control de la administración de justicia.
La religiosidad popular parte II
Hilda Goyochea Mérida - Comunicadora Social
3.- Juicio y evaluaciones de los padres sinodales.- Las relaciones hechas en el Sínodo por los obispos representantes de los diferentes continentes del mundo sobre la religiosidad popular, tienen un valor incalculable y preponderante para nuestra reflexión y mentalización.
La religiosidad popular es el modo como el cristiano se ha encarnado en las distintas culturas y grupos étnicos y es profundamente vivido por el pueblo.
Hay ciertas actitudes del pueblo (bondad, solidaridad, sentido de justicia) que manifiestan una presencia de Dios y abren el camino para la comunión gozosa con Cristo. Son “semillas del Verbo” (Ad gentes, 11) que es preciso explicitar y desarrollar.
La religiosidad popular es un punto de partida para una nueva evangelización: hay elementos válidos de una fe auténtica que busca ser purificada, interiorizada, madurada y comprometida. Se manifiesta en un sentido especial de Dios y su Providencia, en la particular asistencia y protección de María Santísima y los santos, en una actitud fundamental frente a la vida y a la muerte. De allí las devociones populares: novenas, procesiones, peregrinaciones y promesas. De allí las celebraciones de bautismos, primeras comuniones, matrimonios, funerales. Tiene un carácter marcadamente ritualista y sacramentalista, con frecuencia lamentablemente separado de la vida cotidiana. En algunos lugares quizás, la secularización intenta quitar fuerza expresiva a esta religiosidad popular. Sin embargo, sigue siendo una fuerza viva y operante en el corazón del pueblo.
4.- Gaudium et Spes – Documento de Medellín – Pastoral popular.- La Iglesia no ignora todo lo que ha recibido de la historia. La Iglesia se sirvió de la lengua de la cultura y de la filosofía de los diversos pueblos para predicar y profundizar muchas verdades reveladas. Y es también de suma importancia que el pueblo de Dios y sobre todo los pastores y los teólogos presten oído atento a los expertos de las diferentes disciplinas y a los varios modelos de hablar y de sentir de nuestro tiempo para poder comprender y presentar cada vez mejor la palabra de Dios.
Conclusión.- El pueblo es el pueblo de Dios en cuyo seno se encarnó el Mesías Salvador y ordenó a sus discípulos llevar el mensaje divino. Orden sublime que llega hasta nosotros en voz sonora potente y aquí está la razón teológica de la misión salvífica de la Iglesia.
5.- Visión actual de la religiosidad en Cochabamba - Bolivia.- Dentro de un orden objetivo y real veamos de cerca ahora lo que acontece en nuestro pueblo, en nuestra clase media, especialmente en nuestro campesinado, que es la mayoría de la población boliviana.
a) La clase media, la clase obrera es muy sentimentalista, superficial, ampulosa y fastuosa en su vida religiosa; es gastadora en fiestas y en cosas supérfluas; ve las verdades y dogmas religiosos desde un ángulo desinteresado, estreno y jactancioso, sin vivencia auténtica del Evangelio.
b) La clase campesina, sufrida y totalmente marginada, que no recibe en sus ayllus al sacerdote sino una vez al año o ninguna vez vive su ignorancia eterna. Su fe casi natural e intacta se contenta con el sacramento del bautismo y el matrimonio, para lo que se hace ocasionalmente presente en las parroquias próximas.
6.- Conclusión: Expresiones del señor obispo Armando Gutiérrez Granier.- Para concluir esta larga relación he aquí algunos pensamientos de Mons. Gutiérrez: “…la piedad popular bella y cariñosa se expresa por medio de signos característico: velas, flores blancas y fragantes, cantos, procesiones, el Rosario y el Ángelus…”.
Finalmente, no nos queda otra cosa que repetir a modo de corolario, lo dicho inicialmente por Mons. Roger Aubry: “para iniciar la evangelización, la religiosidad popular, es un fundamento valido”.
Mirador político
Nacional
La posesión del nuevo gabinete de ministros, ha causado revuelo en todo el país; sin lugar a dudas, el centro de atención ha sido Juan Ramón Quintana, que ha despertado todo tipo de sentimientos en la población. En unos, alegría por su retorno, porque reconocen en él un hombre estratega, capaz de reencauzar el actual proceso de cambio. Otros, han dado el grito al cielo, porque Quintana representa el brazo de hierro del primer gobierno de Evo Morales.
Otro sector de la población, ha criticado la falta de pluralidad y equidad de género de este gabinete; mientras en el discurso, afirman que somos Estado plurinacional y el Presidente asevera que más que nunca se está dando espacio a las mujeres; la realidad refleja nomás, que el discurso del gobierno no puede pasar a la acción. En este discurso no hay una represencia igualitaria de mujeres, menos de indígenas originarios.
La senadora Carmen Gonzales estuvo en apuros por la aprehensión por funcionarios del Ministerio Público, dentro la investigación por el delito de desacato. Los asambleístas ya no son intocables a partir de la vigencia de la Constitución.
En efecto, durante su mandato en los procesos penales, no se les aplicará la medida cautelar de la detención preventiva, salvo delito in fraganti. En el pasado, los legisladores eran intocables y la inmunidad parlamentaria fue sinónimo de impunidad, con carácter universal.
La asambleísta Cecilia Ayllón perdió su curul al haber aceptado el cargo de Ministra de Justicia. La Constitución establece que los asambleístas no podrán desempeñar ninguna otra función pública, bajo pena de perder su mandato, excepto la docencia universitaria.
En consecuencia, la ministra Ayllón no podrá volver al cargo de asambleísta.
En pasados días, la alcaldesa interina, presentó su informe de la gestión 2011; según el mismo, todo está una maravilla, han trabajado más de lo que han pagado. Los que se han deshecho en felicitaciones son los 11 miembros del Concejo Municipal, que en coro hacían llegar sus felicitaciones. Este informe, despierta serias dudas, porque presenta contradicciones fundamentales.
Ya llegó el momento tan esperado de la transición, la incertidumbre, no es sólo de la población, sino también del alcalde, que en más de una oportunidad, ha expresado su desconfianza al MAS y su gente.
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