23 de enero de 2012

CULTURA


POETAS DEL SIGLO XIX

Tristán Roca (1826-1868)

            Este poeta, periodista y político boliviano, nació en el paraje de Asusaqui, del Departamento de Santa Cruz, el 26 de junio de i826 y murió en el Paraguay, el 12 de agosto de 1868, fusilado por orden del dictador Francisco Solano López, habiendo sido Tristán  Roca uno de sus más fieles colaboradores. Lo paradójico es que había llegado al Paraguay, huyendo del tirano Mariano Melgarejo. Ese entonces, Solano López sostenía una cruenta guerra, llamada de La Triple Alianza, contra la coalición compuesta por las repúblicas de la Argentina, Brasil y Uruguay.

            Tristán Roca, luego de graduarse de Bachiller en Santa Cruz de la Sierra, se dirigió a la ciudad de Sucre, para ingresar en la Universidad de San Francisco Xavier. Ahí se despertó su vocación por las letras, obteniendo el título de Abogado en 1855. De retorno a Santa Cruz, fundó el centro cultural “Amantes de Minerva”, donde empezó a cultivar su vocación literaria. Nunca se sometió a la voluntad de los gobernantes dictatoriales, de ahí que, joven aún, encabezó una manifestación de protesta contra el Presidente José María Linares, quien lo confinó al Beni, donde permaneció dos años, al cabo de los cuales se internó en territorio brasileño. A la caída de Linares, retornó al país, siendo elegido Diputado por la Provincia Chiquitos, en 1861. A continuación, el Presidente Achá lo designó Subsecretario de Instrucción Pública, luego, en 1864, este mismo Presidente lo nombró Prefecto de Santa Cruz. Dos años antes, le había encomendado la misión der instalar una imprenta, con la que en 1863 fundó “La Estrella del Oriente”, que en sí es el primer periódico que circuló en el oriente boliviano. Actualmente continúa circulando en todo el país.       

            A la caída del Presidente Achá, en diciembre de 1864, subió al poder Mariano Melgarejo, a quien Tristán Roca, como Prefecto de Santa Cruz, se negó a reconocer como suprema autoridad de la nación. La resistencia que le impuso no duró mucho, debiendo buscar asilo en Corumbá, ciudad brasileña que ese entonces se hallaba en poder de los paraguayos, a raíz de la guerra recientemente estallada. Roca luego se dirigió a Asunción, en 1866. Allí pronto logró acceder a la esferas intelectuales de esa país, siendo nombrado director del diario “El Centinela”. Como se trataba de un periódico oficialista, el Presidente Francisco Solano López, aquilatando sus dotes profesionales, lo incorporó a su gabinete ministerial, como asesor.

            La guerra fue desastrosa para el Paraguay. Ante el incontenible avance de los aliados, hubo caos y confusión. Tanto los familiares como algunos de los colaboradores de Solano López, se pronunciaron por la paz. Este hecho interpretó el mandatario paraguayo como un acto de traición a la Patria; en tal sentido, inclusive la madre del Presidente estuvo a punto de ser fusilada, pero no se salvó Tristán Roca, que fue ejecutado la madrugada del 12 de agosto de 1868.

            En cuanto a sus obras literarias, infortunadamente gran parte de su producción poética aún permanece inédita. Lo publicado se halla disperso en diarios, revistas y antologías de la época. Entre lo poco que encontramos, advertimos un fácil manejo del verso de arte menor. Por lo general sus temas son testimoniales, poco trabajados y directos en la emisión de su contenido. Para concluir este estudio, veamos un fragmento de su poema:

El desterrado

 Sigo tranquilo y sereno
Mi yermo y erial camino,
Como errante peregrino
Que anda sin Patria ni hogar.
El signo de sufrimiento
Llevo entre tanto en mi frente,
Porque soy ciprés doliente,
Nacido para llorar.

Así me encuentre la aurora,
Así la noche sombría.
Así en vela y agonía
Siento las horas pasar.
Así van las ilusiones
Marchitas una a una
Con mi continuo llorar.





Culmina el V Concurso nacional de cuento “Adela Zamudio”


            El pasado 13 de enero, en la Casona de Mayorazgo, la Oficialía Superior de Cultura, del Gobierno Autónomo Municipal de Cercado – Cochabamba,  procedió a la entrega de la obra premiada  en el V Concurso Nacional de Cuento “Adela Zamudio”, EL Historiador Cercado y Otros Cuentos, libro que reúne 8 cuentos, comenzando con el cuento ganador del certamen: “El Historiador Cercado”, de Camilo Albarracín Zelada, que a decir de los jurados: “tiene esa tentadora y peligrosa obsesión por la desinformación de la conducta humana, sus matices, sus alcances, sus vericuetos, intentando ahondar con resultados distintos en sus profundidades. Es la historia de un loco que se encuentra en el manicomio, quien, para justificar su locura y degradación, crea su doble, un personaje que transita por diferentes momentos de la colonización española, las luchas por la independencia y la revolución agraria en Bolivia”. Lo saludable de este volumen de cuentos es que la mayoría de los autores corresponde a la generación de los escritores nacidos en la década del 80, que ha cobrado un valor sustancial en la literatura boliviana de hoy, con figuras como: Rodrigo Hasbún, Maximiliano Barrientos, Sebastián Antezana, Lilinana Colanzi,  Shariel Baptista, Paola Senseve y Christian J. Kanahuaty.

            Luego de una minuciosa revisión de los 52 cuentos admitidos en el certamen, los otros trabajos seleccionados son: “El dibujante de historietas (la peles antes del fin)”, con mención de honor, de Aldo Medinaceli López; “Cuando tus palabras resonaban armadas”, de Eosario Barahona Michel; “999”, de Edwin Calizaya; “Secuencia”, de Gabriel A. Iriarte Rico; “Segundo Tiempo”, de Claudia A. Michel Flores; “Un moscardón llamado deseo”, de Boris Dante Paredez Gonzáles y “Conversación en el desierto”, de Rodrigo Urquiola Flores.  El Jurado Calificador estaba compuesto por los escritores: Manuel Vargas, Willy Camacho, Marcelo Paz Soldán, Cecilia Romero y Gabriela Ichaso Elcuaz. El Premio de novela, en la versión del 2011, fue declarado desierto.



Circula el segundo número de “la Ernestina”



            Con la esperanza de que esta revista de arte y cultura reciba el apoyo de los lectores del país, circula el segundo número de “La Ernestina”, revista dirigida por Shariel Baptista. En sí es una de las pocas en su género, a todo color, en papel cushé, que reúne un material que relieva nuestro  ámbito cultural. El presente número nos ofrece una selecta información cultural, sobresaliendo los trabajos sobre música, pintura y literatura, entre ellos “Oil, la explosión del rock boliviano”, con texto y fotografías de Yamila Chávez Mérida; “Culturas Alternativas Tatuajes”, texto de Luis Carlos Sanabria y fotografías de Binder Donenat; “El mundo a través de lentes bolivianos”, interesante reportaje gráfico que nuestra diferentes lugares del mundo, captados por el lente de fotógrafos bolivianos que residen fuera del país.

            En el ámbito literario, se destaca la entrevista realizada por Shariel Baptista al conocido escritor y narrador Ramón Rocha Monroy, con fotografías tomadas por la entrevistadora. Otros interesantes artículos son “El amanecer de los dioses”, de Juan Pablo de la Torre y “Alrededor del mundo”, de Daniela Gómez; asimismo, hay una selección dedicada a la moda juvenil y también a los libros del momento. Finalmente, la revista convoca a los fotógrafos a un interesante certamen de fotografía, cuyas bases anuncian su apertura hasta el 5 de marzo del presente año. La revista se vende en los puestos de periódicos, a Bs. 12.     

           
           

                                              
EL RINCÓN DE LOS LECTORES
            Estimados amigos que leen este semanario, especialmente el presente sector cultural, nos gustaría conocer su impresión sobre los poetas que les presentamos. Escríbannos a las siguientes direcciones: Calle Waldo Ballivián N° 312, entre Luis Uría y 20 de Diciembre. Quillacollo; también a los E-mail eltunari@gmail.com y
caceres_adolfo@hotmail.com
            Asimismo, a los que gustan de las bellas letras, les abrimos las páginas de este sector, para brindarles la posibilidad de publicar sus trabajos.             
                

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